La más conocida es la navaja suiza la cual fue construida por el dueño de una compañía que fabricaba equipamiento quirúrgico llamado Karl Elsener en 1981
Elsener comenzó a trabajar en lo que era el antecesor de la navaja suiza moderna, llamado "cuchillo del soldado". El original tenía un mango de madera (en comparación con el plástico y el metal que podemos ver hoy día) que incorporaba una cuchilla, un destornillador para el fusil (el fusil precisaba un destornillador para montarse y desmontarse, una tarea básica que tienen que hacer todos los soldados), un abrelatas para los víveres y un sacabocados para las sillas y arneses de cuero. Este cuchillo, ya impresionante, fue vendido al Ejército suizo, pero Elsener no estaba satisfecho con su creación. En 1896, después de cinco años de duro trabajo, Elsener decidió poner las cuchillas en ambos lados del mango usando un resorte especial que permitía usar el mismo resorte para todas las herramientas, una innovación increíble en aquel entonces. Esto posibilitó que Elsener pusiera dos características más a la navaja; agregó una segunda cuchilla y un sacacorchos.
en el Museo Fitzwilliam de Cambridge está publicitando algunas de sus piezas más emblemáticas. Entre estas destaca una primera precursora de las navajas suizas o multiuso. Consta de una pequeña navaja, un punzón, un limpiador de uñas y uno de oídos y una pieza balancín con una cucharilla en un extremo y un tenedor en el otro. Aparentemente, se han encontrado ejemplares similares en Inglaterra, Bulgaria o Italia.
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